El dolor, de por sí, es una señal y una misericordia dada por la vida a la conciencia para saber cuándo es menester poner en cintura algo que no está en orden. Cuando la causa y núcleo de la aflicción son eliminados a Niveles Internos, por supuesto que el efecto (dolor) ya no será requerido más ni experimentado por ningún individuo en la Tierra. (Madre María).
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